Cómo conseguir que los niños no tengan miedo al dentista

Tener temor al dentista es algo bastante frecuente en personas adultas conque no iba a ser menos en el caso de los pequeños. A todos nos resulta algo incómodo que nos manipulen en la boca y damos por sentado que nos dolerá en algún instante.

Saber de qué manera lograr que los pequeños no tengan temor al dentista es una tarea que los progenitores debemos ir trabajando poquito a poco para asistirles a superar ese miedo y que lo vean como algo que debe ser parte de sus rutinas; puesto que como realmente bien sabéis es esencial que llevemos a nuestros hijos a efectuar sus revisiones periódicas al dentista.

Acá os damos ciertas sugerencias de de qué forma lograr que los pequeños no tengan temor al dentista:

Llévalo contigo cuando vayas a tus revisiones. Si el pequeño ve de qué forma te trata tu dentista lo va a ver como algo normal y que no pasa nada. Va a poder observar de qué manera el dentista explora tu boca con todo el instrumental sin ocasionarte ningún dolor. Eso le va a dar confianza. Naturalmente no lo lleves el día que debas hacerte una extracción o bien algo más difícil.
La afabilidad del dentista y de su equipo es esencial para ganarse la confianza del pequeño. Esto asimismo es válido para los adultos. Ciertos centros cuentan con muñecos y juguetes concretos con los que le explican al pequeño lo que se les hará, tal y como si fuera un juego.
El entorno de la clínica. Las clínicas expertas en pequeños, o bien acostumbradas a tratar con ellos, acostumbran a tener las zonas de espera habilitadas con mesas y sillas, juguetes, lapiceros, cuadernos y papeles a fin de que los pequeños se sientan en un ambiente agradable.
Relacionado con esto último la manera de vestir del dentista y los técnicos asistentes es asimismo esencial. A los pequeños no acostumbra a agradar ir al médico y un dentista de bata blanca les puede rememorar demasiado alguna experiencia poco agradable como la vacunación o bien el examen de garganta con el bajalenguas. Cuantas menos batas blancas vean, mejor.
Ve preparando su visita al dentista con cierta antelación, haciendo juegos en los que los dos hagáis papel de dentista y paciente. Existe juguetes relacionados con la odontología, aun existe el playmobil dentista con su silla reclinable y toda la instrumentación.
Tras la visita al dentista felicítale por lo bien que lo ha hecho y lo valiente que ha sido. Podéis hacer algo singular tras la visita o bien que tenga algún género de recompensa, un pequeño premio como adquirirle algún detalle que le guste, ir al cine o bien efectuar alguna actividad que le resulte amena.
Lograr que los pequeños no tengan temor al dentista es una tarea que los progenitores debemos ir trabajando poquito a poco. Transformarlo en una parte de sus rutinas anuales y que lo vean como algo no doloroso puede ser labor simple si damos con la clínica conveniente.

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