El divorcio y su efecto en los niños
El divorcio y su efecto en los niños
Publicado el miércoles, 27 de abril de 2022 a las 09:03
Cuando la familia enfrenta una separación y un divorcio los niños suelen ser los más afectados, pues estos eventos afectan directamente su estabilidad. Después de la muerte, el divorcio es considerado uno de los problemas más angustiosos para una familia. La custodia de los hijos de carácter monoparental también suele ser otro problema que se enfrenta tras el divorcio. Veamos el proceso que pueden atravesar tanto niños como adultos en esta difícil etapa.
Fases de adaptaciónCuando en la familia se separan los padres y posteriormente se divorcian todos los miembros atraviesan unas fases de adaptación. A continuación, veremos cuáles son:
Fase agudaEsta etapa se da cuando los padres deciden separarse todo el tiempo que precede al divorcio. Durante esta fase la confusión se apodera de los miembros de la familia y puede durar hasta dos años.
Fase de transiciónComo en todo proceso de cambio, se requiere tiempo para adaptarse a las nuevas situaciones, como la relación con los padres, las visitas del padre que no posee la custodia y todos los cambios que este proceso haya generado a la familia.
Fase post divorcioEs la etapa que sigue tras haber finalizado el proceso de divorcio. Aquí resulta necesario generar en los niños un estilo diferente de estabilidad.
¿Qué síntomas de los efectos de divorcio pueden presentar los niños?Los efectos que produce el divorcio en los niños pueden variar según su edad y temperamento. Por lo general los más comunes son desinterés en las actividades escolares, expresiones de la reconciliación, entre otros; pero según la edad los efectos pueden ser:
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En los niños de 2 a 5 años se pueden presentar problemas para dormir, rabietas y ansiedad por separación. Y suelen perder el control de los esfínteres y comenzar a mojar la cama.
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En los niños más grandes, de 5 a 12 años, los efectos pueden incluir sentimientos de ira intensa, tristeza, aflicción, temores y desarrollo de fobias.
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En los adolescentes los efectos pueden ser más peligrosos, pues suelen sentirse solos y deprimidos, buscando alivio en sustancias como el alcohol y las drogas o conductas como el sexo y el robo o la violencia. En muchos casos se presentan enfermedades de trastorno alimentario.
Lo primordial es lograr que el niño exprese sus sentimientos. Por lo general se necesita la intervención de un adulto profesional que lo escuche con atención, pues, a diferencia de los padres, no se molestará.
La cooperación entre los padres también es importante, fomentar la comunicación y, siempre que sea posible, involucrarse ambos en las actividades de los niños.